La presidenta del Colegio de Nutricionistas asegura que el problema actual de los chilenos no son las grasas saturadas sino los hidratos de carbono. Agrega que seguimos tras las dietas mágicas que lo único que hacen es dañar el organismo.
Los carbohidratos simples como el pan, los cereales, la pastelería, las galletas, sumado al azúcar refinada son la perdición de los chilenos y pareciera que nada nos hace entrar en razón.
Ni siquiera saber ahora que el exceso de ellos puede derivar en osteoporosis o depresión porque obligan al calcio, que debiera ir a los huesos, y a la vitamina B1, que debiera centrarse en el sistema nervioso, que se desvíen de su recorrido para tener que ayudar al organismo a metabolizar el exceso de glucosa en el organismo.
Y nada hace que aumentemos el consumo de fruta o granos que, si bien poseen azúcar, es de otro tipo y además va acompañada de otros componentes que ayudan precisamente a metabolizar la glucosa.
Nelba Villagrán, presidenta del Colegio de Nutricionistas de Chile, sabe que empezando el verano, las consultas de algunas de sus colegas colapsan. Pero esa es una realidad de un mínimo de chilenos, porque la mayoría prefiere seguir la dieta de moda, la que le sopló un amigo o llenarse de pastillas que encuentra en las farmacias.
"En este tiempo la gente empieza a entrar en pánico porque viene el verano y tiene más de unos kilos de más", dice.
-¿Estamos recurriendo cada vez más al nutricionista o es algo excepcional?
"Es normal entre la gente que puede pagar una nutricionista, pero son pocas, porque la consulta de nutricionista privada no se puede reembolsar ni en Isapre ni en Fonasa. Si se pertenece al Auge y se es diabético se tiene derecho a ir a los nutricionistas de los consultorios, pero si eres de clase media y no tienes ninguna enfermedad del Auge, tienes que pagar la consulta".
-Sí, pero ¿cuánto hay de las personas que creen que pueden solucionar solas el problema, cerrando la boca y matándose en el gimnasio?
"Bueno, es verdad que en esta época los gimnasios se hacen ricos, pero nada tiene que ver con lo importante, llevar un estilo de vida saludable. No puede ser que un mes o dos meses al año la gente se convierta en una persona ideal donde come menos, más sano y hace deporte.
"Todo lo ven como un sacrificio. Por eso hay personas que me han dicho que si para bajar de peso tienen que comer cosas que nos le gustan o hacer ejercicio, que odian, prefieren ser gordas".
-¿Este fenómeno es propio de los chilenos o una tendencia mundial?
"Hay países como Brasil o Argentina donde el ejercicio es parte de la cultura de la gente. Las mujeres hacen mucho ejercicio y se preocupan de su cuerpo.
"En Chile parte de la culpa la tiene el hecho que trabajamos mucho, se llega a la casa tarde, después de una larga jornada de trabajo y con la presión de atender a los niños y al marido. Creo que el problema principal es que las necesidades de la mujer chilena no existen; cuando uno le pregunta qué come, en medio de la explicación, comienza a hablar de lo que come el marido o los hijos. Lo que come es lo que le prepara a su familia y en muchos casos, ni siquiera come porque no tiene tiempo entre tantas responsabilidades".
-¿Hay conciencia del problema de sobrepeso?
"Creo que con todo lo que se habla del tema todo el mundo está consciente, pero no le importa. Al hombre no le importa estar gordito, aunque se observa un cambio en los hombres; el casado tiene que echar guatita.
"Lo que pasa es que la mayoría no relaciona el exceso de grasa con una enfermedad. Se ha demostrado que el cigarrillo, en un 30%, y el sobrepeso u obesidad, en otro 30%, son factores que producen cáncer".
-En este panorama, ¿seguimos soñando entonces, con la solución express?
"Sí, en mi consulta me preguntan siempre cuánto voy a bajar con esto y resulta que nadie puede asegurarse. Cada organismo es distinto, único, tiene un metabolismo distinto, un trabajo de la tiroides diferente, situaciones ambientales especiales. Y qué decir de las costumbres, si se toma desayuno y hago pequeñas ingestas durante el día es más probable que baje de peso a si paso grandes períodos de ayuno en el día. El organismo se adapta al período de vacas flacas y comienza a reservar y quemar menos energía.
"La gente se equivoca cuando cree que si deja de comer y se sacrifica y no almuerza ni toma desayuno y a cambio se toma un batido especial, va a bajar de peso. A lo mejor lo hará, pero el día que lo deje, subirá de nuevo. Hay que hacer un cambio de vida, que sabemos no es fácil".
Nelba afirma que el componente repetitivo que se presenta en las personas que suben de peso o se enferman es el hidrato de carbono simple como el pan, el azúcar, las galletas, las barritas de cereales, los tallarines, las bebidas gaseosas, la pastelería.
A esto se suman los atracones que, explica, se relaciona con otro de los elementos que produce sobrepeso que es el estrés crónico. "Hay que reducir el estrés, ejercitar la musculatura y comer alimentos que entreguen al cuerpo moléculas bioactivas que sean útiles. No todo lo que comemos nutre", señala.
-Estamos llenos de dietas mágicas.
"Los chilenos siguen las dietas mágicas y hay especialistas que se aprovechan de eso. En definitiva, se puede bajar de peso intoxicando el organismo de múltiples formas, pero lo ideal es hacerlo con salud. Te puedo dar la dieta de los 800 grs. de carne diaria y puede que bajes de peso, pero probablemente hagas un alza de colesterol, estreñimiento y te aumenten los triglicéridos".
-O toman sibutramina.
"Sí, y cuenta que han bajado de peso, pero no que se les aceleró el corazón, que se les produjo taquicardia o que tenían sensación de desmayo.
"He visto muchas locuras, como los que siguen la dieta del yogur con un batido de baja de peso... o hace poco que salió un producto de algas para bajar la grasa de la cintura y se agotó en las farmacias. Es como con el Loto, cuando sale algo mágico, la gente sale corriendo a comprarlo".
-¿Qué le pasa al cuerpo con tanta dieta, entendida como restricción de alimento?
"El organismo se acostumbra, quema menos calorías y se adapta a un período de menor ingesta. Así no siempre se consigue una baja de peso a menos que se haga ejercicio, se combata el estrés. Es verdad que la sumatoria dice que si consumo menos de lo que gasto voy a bajar de peso, pero si fuera así de fácil y se fuera por la vida contando calorías, seríamos delgados.
"Lo importante es saber qué alimentos aportan esas calorías, puedo consumir 1.200 calorías, pero con alimentos tóxicos, llegando a ser delgado pero enfermo".
-¿Qué le pasa al cuerpo cuando se sube y se baja permanentemente de peso?
"Se alteran los trabajos hormonales. Es como si se estirara y soltara un elástico, a la larga se vence. La insulina sale a hacer su trabajo cuando se consume una alimentación rica en hidratos de carbono, lo que produce una baja hipoglicemia; si sumas una baja ingesta se puede producir una hipoglucemia con lo que se puede producir mareos".
-¿Qué pasa con los resistentes a la insulina?
"Es lo más común y se ve en adolescentes, en jóvenes de 15 años. Y tiene que ver con el exceso de hidratos de carbono. El Glafornil debe ser el remedio que más se vende.
"Hoy no hay tantos problemas con las grasas saturadas porque ya existe una conciencia de que su consumo es nefasto, pero sin embargo, no existe la misma conciencia con los hidratos de carbono. En un cumpleaños infantil, con todo esos productos inflados y de colores, lo único que se está formando es a futuros diabéticos y no hay conciencia de eso".
-¿Debemos volver a los guisos?
"Sí, a los charquicán, a las carbonadas, pero el problema es que ya ni siquiera se cena. Se toma once con pan, mermeladas, quesos grasos, embutidos, galletas y pastelerías, que no aportan nutrientes útiles. Cualquier cosa es mejor que eso, un pescado, una cazuela, pero como la mujer llega agotada, no tiene energías para cocinar".
Publicado el 21/10/2010
Fuente: Emol Tendencias y Mujer
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